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martes, 9 de abril de 2013

Las razones del BAJO COSTE económico de la mediación de conflictos


El pasado 24 de enero muchos portales digitales se hicieron eco del titular que saltó a la prensa durante el Congreso sobre mediación en el ámbito de los seguros que tuvo lugar en Barcelona. Para el Banco Mundial, tal y como se destacaba, la mediación es un 76% más barata que la justicia ordinaria. Según nos informaron, en dicho congreso se defendió, con gran acierto sea dicho de paso, que la mediación permitiría un ahorro sustancial en el coste y la duración de los litigios.

El titular es cierto, claro que sí. Cae por su propio peso que es más barato acudir a un solo mediador que activar un proceso judicial en el que intervienen (como mínimo) dos abogados, dos procuradores, un fiscal, un secretario judicial y un juez. En el proceso normal de mediación intervienen las partes y el mediador, basta (aunque en algunos casos pueden intervenir co-mediadores y/o terceros expertos). ¡Blanco y en botella! Sin embargo no perdamos pie de tierra. Ello me hizo recordar un encuentro con una novel mediadora que planteaba que estamos hablando de modelos de intervención completamente distintos, lo que implica lógicamente costos muy distintos.

En aquella conversación dicha colega mediadora, abogada en origen, me comentaba que eso de cargar las tintas con que el proceso judicial es más caro y que los abogados son caros no es del todo correcto. Me pareció que lo que decia tenía un alto grado de sentido común y luego de darle un par de vueltas en la cabeza creo sinceramente que tiene razón ya que la labor del mediador, la del abogado y del juez son distintas, con metodologías distintas, que implican a gente distinta aunque algunos temas puedan ser los mismos. Creo que es importante que reflexionemos y maticemos sobre el titular aportado por el Banco Mundial para que evitemos las falacias fáciles y equivoquemos el auténtico sentido de la mediación.

Hecha esa primera y sencilla reflexión, quisiera centrarme en lo que para mí justifica los bajos costes económicos de mediación de conflictos, que evidentemente repercutirán en la construcción de una sociedad más pacífica y dialogante. Será entonces cuando seremos capaces de mirar de frente a la mediación, la reconoceremos en su esencia y dejaremos de lado la vaguedad en el uso de su nombre para justificar cualquier tipo de intervención.

A mi entender hay dos elementos imprescindibles para alcanzar el bajo coste que se le atribuye a la mediación de conflictos:

- Cambio de paradigma: “La dinámica que puede explicar el fracaso o el éxito de una pareja es la misma para las empresas; y el paradigma ha cambiado: hasta ahora el mayor valor era el control, y ahora es la confianza.”  ¡Premio! Cambiado el paradigma de las relaciones, es necesario que cambiemos el paradigma de la resolución de los conflictos que surgen en dichas relaciones. Es la base de todo el proceso. El coste de la confianza en la posibilidad de alcanzar un acuerdo beneficioso para las partes es mucho menor que enfrentarse en la dura pelea legal en la que al final todos perdemos.

-  Es evidente que ese cambio de paradigma es necesario en cualquier estamento civil y mercantil que por sí mismo no llegará. Señores, el conflicto no es el enemigo a batir en la mediación. La misión del mediador no se reduce a facilitar la resolución de los conflictos de las partes que acuden al proceso de mediación, sino que ante todo sirve a la sociedad rescatando individualmente a cada persona en su conflicto. Cuando nos limitamos a enfrentar el conflicto, se gana o se pierde. Pero si se cambia el paradigma de intervención puedo garantizar que siempre se gana. Es hora de creer en la mediación, de dejar a un lado las palabras huecas, de evitar que sean otros con poca ética y vaguedades los que ocupen el espacio del mediador y bajar a la realidad lo que estamos viendo que comporta un enorme beneficio.

- Profundidad en la formación: Si nos atrevemos a cambiar el paradigma empecemos rechazando los mayores enemigos que podemos encontrar en ese camino, la indiferencia y la mediocridad. La mediación aporta una gran innovación, “pero la innovación y la estupidez están muy cerca, porque para innovar hay que pensar diferente y puede que te tomen por imbécil. Europa, por más que lo intenta, no es innovadora, le falta tolerancia al fracaso.

- Y sin confianza, la innovación no funciona, la jerarquía no consigue innovación” (Dolan).

Por lo que parece, el camino legislativo emprendido nos lleva por derroteros poco innovadores ya recorridos anteriormente. Abramos los ojos y no nos dejemos arrastrar al camino fácil, aquel que dice llegar pronto pero que lo único que hace es desviarnos y llevarnos a cualquier parte que no es mediación.

 Un buen ejercicio de la mediación exige una formación específica. A nuestros legisladores tenemos que hacerles ver la conveniencia de un sistema de formación exigente que sea abierto e innovador.



FUENTE: LAWYERPRESS. Por Alfonso Fabregat, Mediador.

1 comentario:

  1. Muy interesante su aportación del "cambio de paradigma". Sin embargo, creo que debería ir en plural. Me parece más conveniente el término " cambios de paradigmas" para referirnos a unas necesarias y urgentes transformaciones que deben darse a nivel social, pero también en todos los partícipes en los diferentes procesos de mediación.
    Por una parte la sociedad, es decir, todos debemos tener muy claro que la medición tiene por objeto la resolución pacífica de los conflictos. Luego el trasvase conflicto/ disputa/batalla/pelea por PAZ, y no la paz de palabra huera y "queda bien", sino aquella entendida, asumida, deseada, comprendida, buscada con ahínco y determinación, es multibeneficioso tanto desde el punto de vista social-cultural, pero también económico.
    ¿Por qué cuanto supone un conflicto?, y ¿un conflicto llevado al extremo?, ¿Cuánto es el coste para la salud, la vida, la integridad, la estabilidad mental, mal humor,...?
    Este es uno de los lados del cambio de paradigma. Cuando se habla de lo que se puede ahorrar un cliente con el uso de la mediación, creo que los mediadores, los que nos sentimos profundamente involucrados en este proyecto a gran escala que es la mediación y que es un proyecto revolucionario y transformador de una sociedad anclada en la agresión y en la utilización del litigio como arma, debemos avanzar en el enfoque y no hablar solamente de que se evita pagar a un profesional más o a un profesional menos, y que si esta tasa de aquí o esta tasa de allá. Se trata de exponer también que los estados de desequilibrios pertinaces tienen un coste muy elevado para nuestra vidas y que tenemos que aprender a encauzar nuestra vida y nuestros conflictos de una manera sana.
    Paradigma transformador dos. Estoy casado con abogada y respeto y valoro mucho a esa profesión. Yo no lo soy. Soy filólogo. Aunque como me dijo Aldo Morrone, el eminente mediador, ahora soy mediador. Pero los amigos letrados deben transformar su paradigma y dejar de pensar que la mediación debe ser su coto vedado. También los abogados han de pensar que la mediación requiere un esfuerzo de multitud de profesionales en una labor social de gran calado. Si cada profesional aporta lo mejor de si y convierte su egoismo y su visión de negocio, en colaboración y entendimiento, la mediación será un éxito.

    Javier Puerta Velasco
    Mediador

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