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viernes, 9 de julio de 2021

CONFLICTOS de Verano


Por Yolanda Muñoz Pérez (@yolandamunozperezz)
Especialista en Mediación y directora de contenidos de #DiarioDelMediador

Otro año más el verano ya llegó, este año con más ganas que nunca de poder salir y ver a la familia, viajar, recorrer km... y con él las vacaciones, las ganas de siesta, las horas muertas en la playa, el tinto de verano (¡con limón por favor!), el olor a coco del bronceador, el pescaito y la cervecita (Cruzcampo, Damm, Estrella G., que cada CCAA elija la suya).

Sin embargo, este 2021 puede resultar más particular de lo normal tras un largo confinamiento en casa con la familia en un espacio cerrado y sin poder tener intimidad, más allá de la que ofrece el baño, por lo que nos planteamos si cabe con más razón: ¿son tan maravillosas las vacaciones en familia? 

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No te pierdas la entrada: Apartamento en la playa: ZONA DE CONFLICTO (2018)

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En muchas ocasiones verano y las vacaciones son sinónimo de problemas en múltiples ámbitos de nuestra vida diaria (familia, trabajo, segundas residencias...) que pueden generar conflictos de gran intensidad que nos fastidien la época de descanso por excelencia. 

Desde #DiariodelMediador abogamos por la Mediación, tanto en su vertiente preventiva (tratar los problemas antes de que vayan a más y exploten sin remedio) como resolutiva (tratar de resolver aquellos conflictos que ya han dado la cara). Repasemos alguno de los conflictos más habituales en esta época y veamos algunos consejos para afrontarlos de manera adecuada.

CONFLICTOS EN EL ÁMBITO FAMILIAR. Quizás pueden resultar los más obvios, al fin y al cabo convivir nunca es fácil, ya sea con nuestra pareja o la familia política, o a la hora de organizar las vacaciones de los hijos para los padres separados. Veamos algunos de los conflictos más habituales:

  • Conflictos familiares: convivencia con la familia extensa (abuelos, cuñados/as, yernos, nueras, primos/as...). En la mayoría de los casos los problemas aparecen ante la falta de comunicación, la mala planificación del tiempo y/o de la economía disponible, o el plantearse demasiadas expectativas sobre cómo debería haber sido el primer verano en familia post-pandemia (¡Sin atascos en la autovía! ¡Todos de acuerdo a que chiringuito ir a comer!... ¿de verdad😑?).  Aquí 5 recomendaciones para evitar/afrontar situaciones de conflicto:
    1. Si hemos tenido un enfrentamiento con algún miembro de la familia, bajamos el balón al suelo, respiramos profundo y contamos hasta 10. Conviene esperar a no estar malhumorados para tratar de solucionarlo.
    2. Un paseo por la orilla del mar para estar unos minutos a solas y rebajar la tensión.
    3. Vigilar el tono, evitar alzar la voz o gritar, seguro que por ello no tenemos más razón que el otro.
    4. Fomentar la comunicación asertiva, es decir, permitir a la otra parte expresarse y dar su opinión con el objetivo de acercar posturas.
    5. Pedir perdón si "sabemos" que la otra parte se ha sentido ofendida o se ha generado cierto malestar por lo "qué hemos dicho o por cómo nos hemos expresado", un lo siento es la mejor salida.

  • Conflictos familiares: convivencia con la pareja. Cada año las noticias recalcan el aumento de separaciones y divorcios durante los meses posteriores al verano, en cifras: casi el 33% de los divorcios que se producen en España tienen lugar después del verano. Puede parecer alarmante, pero no es de extrañar ya durante el año entre trabajo, niños, pádel, zumba y demás, estamos muy ocupados, tenemos poco tiempo libre y apenas hay convivencia entre muchas parejas. Al llegar las vacaciones... 24h de continuo con la pareja, por lo que si esta no cuenta con habilidades a la hora de comunicarse y resolver los problemas que llevan arrastrando durante meses, puede llevar a la ruptura. Algunas claves para evitar la disolución de la pareja:
    1. Hablar, no dejar los problemas para otro momento que a lo mejor nunca llega.
    2. Cuando hay niños de por medio, debemos intentar rescatar un tiempo a solas para la pareja, ya sea para ir a cenar, dar un paseo, compartir confidencias o simplemente para el dolce far niente (lo que viene siendo el no hacer nada, que en realidad, es hacer mucho).
    3. Revivir la llama de la pasión, buscar momentos de intimidad. Sí, la pasión no es la misma al inicio que cuando uno lleva 15 años de casado, pero es preciso tener la madurez suficiente para adaptarse a los cambios físicos y emocionales propios y de la pareja.
    4. Un paseo por la orilla del mar para estar unos minutos a solas, igual de útil para tener un momento propio de esparcimiento individual y evitar que la pareja se ahogue.
    5. Repetimos: fomentar la comunicación asertiva, hablar y escuchar activamente, ser  empático y trabajar la negociación para llegar a acuerdos en los aspectos de mayor discrepancia.
  • Conflictos familiares: repartición del tiempo de los hijos. Tras la separación de una pareja con hijos, la reorganización del tiempo a pasar con cada progenitor debe desarrollarse bajo algunos parámetros establecidos en el convenio de separación. Pero en ocasiones, más allá de lo establecido por un juzgado, el beneficio de los hijos requiere de grandes dosis de generosidad por ambas partes, cediendo cuando sea necesario más allá del mínimo o máximo exigido de días de visita de uno u otro progenitor. No podemos tener posturas inamovibles cuando hablamos del interés superior de los menores ante algunos de los problemas más habituales:
    1. Decidir en que periodo estarán los hijos con cada progenitor. Suele resolverse por quincenas para cada parte, pero un poco de flexibilidad por si queremos que los hijos vayan al pueblo a ver a los abuelos y necesitamos un par de días más, tampoco se acaba el mundo.
    2. ¿Campamento de verano? Una buena solución si alguna de las dos partes no puede ocuparse de ellos continuamente y no tiene ayuda familiar para cubrir parte del periodo de vacaciones de los que disfruta a los hijos. 
    3. Viajes al extranjero. En estos casos debe existir consenso y ambos progenitores deben estar de acuerdo en el viaje. No debería haber problema más allá de casos en los que exista peligro por riesgo de sustracción internacional.
    4. Abuelos/as, primos/as, tíos/as... que los hijos disfruten de sus vacaciones con la familia extensa no es solo importante, sino que es beneficioso para mantener un red de seguridad emocional para los menores.


CONFLICTOS EN EL ÁMBITO COMUNITARIO/VECINAL. En el siguiente punto trataremos aquellos conflictos que aparecen a raíz de la convivencia vecinal, no entraremos a calificar a esos vecinos que a ritmo de reguetón han animado el confinamiento diariamente (¡Que levante la mano quien se sienta identificado 🙋🏻‍♀️!), sino de estos problemas de convivencia vecinal que se producen especialmente durante el verano en las segundas residencias o lugares de veraneo, y en los que la mediación comunitaria puede ayudar a prever o solventar:
  • Conflictos comunitarios: comunidades de vecinos. Las piscinas comunitarias, la contratación del socorrista, las mascotas desatendidas, el chiringuito de la comunidad... son fuente inagotable de problemas y discusiones vecinales, y este año si cabe algo más por las restricciones de aforo o de repartición de horarios para sus uso.
  • Conflictos comunitarios: restauración. Los ruidos producidos por bares, terrazas y restaurantes que mantienen su actividad hasta altas horas de la noche en verano, provocan trastornos a lo vecinos de estos locales comerciales. 
  • Conflictos comunitarios: alquileres turísticos. Este tipo de alquileres son un arma de doble filo, no solo pueden generar conflictos ente propietario e inquilinos por temas de pago o desperfectos, sino que de manera muy habitual se generan tensiones con el resto de propietarios del inmueble por el desentendimiento del uso que hacen los inquilinos sin importar el descanso de los demás vecinos (ruidos, música elevada, fiestas...). 
Tras estos meses de confinamiento muchos ayuntamientos de nuestro país están poniendo en marcha servicios de Mediación Comunitaria/Vecinal a los que podemos acudir para tratar de solventar este tipo de problemáticas.


CONFLICTOS EN EL ÁMBITO LABORAL. Tras 11 meses de trabajo, los días o las semanas que podemos tomar de vacaciones son lo más anhelado a lo largo del año para muchos de nosotros. Sin embargo, es un tema que puede complicarse en exceso a la hora de acordar con la empresa (o viceversa). Las vacaciones retribuidas se determinan en el convenio colectivo o los contratos individuales, dejando especificado el periodo de disfrute de las misma, por regla general. Pero... siempre hay pero, en ocasiones este tema genera grandes tensiones entre trabajador/a y empresa:
  • Calendario preestablecido. No siempre el trabajador/a puede escoger sus días de vacaciones libremente, muchas empresas facilitan un calendario cerrado en un periodo concreto que no siempre coincide con el interés del empleado porque  le impide la conciliación familiar al no coincidir con las vacaciones de la pareja o los hijos. Por ello es importante que la comunicación empresa-trabajador sea fluida, para lograr un consenso que satisfaga a ambas partes.
  • Incapacidad temporal. Las vacaciones acordadas pueden coincidir en el tiempo con una incapacidad temporal del trabajador/a (embarazo, lactancia natural u otro motivo de salud) por lo que la empresa deberá respetar estos periodos y este/a disfrutará de sus días de vacaciones después de la incapacidad temporal. En este caso la normativa al respecto protege los derechos trabajador/a pero siempre hay empresas que no respetan la ley e intentan aprovecharse de este tipo de situaciones de vulnerabilidad. Volvemos a recomendar diálogo sobre todo, desde el punto de vista preventivo, para no tener que recurrir a la vía judicial.
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Estarás de acuerdo con nosotros que verano/vacaciones/conflicto suelen ir de la mano más habitualmente de lo que deseamos, así que esperamos que este año si sigues estas breves recomendaciones puedas afrontarlo con mejores herramientas.

Recapitulemos:
  • Hemos resuelto con la empresa el periodo de vacaciones (¡BIEN!)
  • Al llegar al apartamento ya está todo organizado por el administrador de fincas sobre horarios y usos de las zonas comunes (¡BIEN!)
  • Este año por seguridad la familia política prefiere no salir del pueblo y no vendrán a gorrone... visitarnos (¡BIEN!)
Solo nos queda darte un consejo: ponte en VACACIONES MODO ON y disfruta!

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Yolanda Muñoz Pérez 
Directora de Contenidos, Redactora y Social Media en Diario del Mediador.
Coordinadora Servicio de Tutorías y Contenidos en Campus Online Universitario CEDECO.
Directora Académica de diferentes Cursos Universitarios de Especialización con CEDECO y la Universidad Europea Miguel de Cervantes.
Especialista en Formación Online y Plataformas Elearning.
Licenciada en Psicología por la UAB
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lunes, 3 de septiembre de 2018

Apartamento en la playa: ZONA DE CONFLICTO


Pues sí, el verano llegó y pasó, y con el las vacaciones. Once meses de trabajo, atascos, falta de sueño, comidas de tupper... once meses de anhelo a las tardes de siesta, las horas muertas en la playa, el tinto de verano (¡con limón por favor!), el olor a coco del bronceador, el pescaito y la cervecita... y por fin las pudimos palpar (un abrazo al que las esté disfrutando ahora 🤨)

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STOP, a toro pasado, y después de la experiencia que muchos de nosotros hemos vivido en estas semanas nos preguntamos, ¿son tan maravillosas las vacaciones? ¿nadie ha calibrado los peligros de meter a diferentes familiares, de diferentes generaciones, en un apartamento de dos habitaciones durante tres semanas? 

Lamentablemente, en ocasiones las vacaciones de verano no son precisamente un remanso de paz, todo lo contrario: recelos, rencores, desencuentros, reproches... los conflictos familiares que durante el año permanecen latentes, brotan como las parras en verano, incontrolables e inesperados, como el tapón de una botella que sale disparado hacia el techo. En muchos casos las vacaciones de verano son sinónimo de separaciones y divorcios, y rupturas familiares. Pero, ¿Quiénes son los principales protagonistas de estos desencuentros familiares, y por qué? Identificamos a varios sujetos peligrosos:

  • Los/las abuelos/as. Seres serviciales que dedican gran parte del año a cuidar de los nietos "libremente" mientras los padres trabajan, y en verano se siente observado, vigilados y coartados por hijos o cónyuges que viene a "imponer" sus normas. 
  • Los/as hijos/as. Niños y adolescentes compartiendo habitación, un sólo mando a distancia... y probablemente sin wifi = CAOS. Y para colmo está nublado, por lo que no hay playa, vaya, vaya! Pasar el día entero bajo techo viendo en la televisión programas veraniegos y maratones de dibujos animados no es una opción relajante. La suegra quiere ver la telenovela Puente Viejo en su capítulo 1800 (un beso mama!), otros las pachangas veraniegas de pre-liga, y el novio de la niña que ha venido a pasar unos días.
  • La familia política (cuñados/as). Un capítulo especial merecen estos, porque sus hijos son más listos ("¡todo sobresalientes") y su coche consume menos combustible que ninguno ("De Sevilla a Barcelona me planto sólo con 20€ de diesel"). 

Los conflictos en verano se multiplican a la misma velocidad que las sombrillas en primera línea de playa de Benidorm, es desempolvar el bañador y parece que aquello que durante meses nos ha estado molestado de nuestro "cuñao" de repente se hace insoportable, y esperamos con recelo el momento idóneo para pegarle un "tirito"... para dejársela caer.

Los conflictos latentes adormecidos todo el año, encuentran en algunas situaciones un detonante perfecto para su aparición:
  • Falta de comunicación en la familia, bien por omisión, bien por inadecuada. Las familias generalmente siguen una patrón de conducta de "dame pan y dime tonto", donde en muchas ocasiones se deja hacer, al fin y al cabo "es mi hijo, que le voy a decir". La comunicación debe ser asertiva, es decir, una comunicación en la que se pueda dar mi opinión sin agredir al otro, y evitar en todo momento comunicarnos de forma agresiva (ejerciendo el rol de verdugo) o sumisa (ejerciendo el rol de víctima y culpabilizando al otro).
  • Mala planificación del tiempo y la economía de las vacaciones. Es en el periodo de preparación y planificación de las vacaciones ("¿Dónde vamos?") donde se nos dispara la ansiedad y el estrés. Para evitar estas tensiones añadidas, se aconseja planificar con suficiente antelación la elección del lugar de veraneo.
  • Demasiadas expectativas sobre cómo debe ser el verano en familia. Que bonito en las películas, la playa, las comidas al aire libre, los niños jugando y riendo, ese avión que se pierde pero a última hora un buen samaritano nos cambia el billete para llegar a tiempo, luego viene la realidad, los niños gritando, se olvidó enfriar el gazpacho y la crisis sólo da para dos semanas en un micro apartamento en tercera línea de mar, donde intuimos la playa por el olor a salitre. Las falsas expectativas únicamente pueden generar frustración. Para evitarlo, lo recomendable es marcarnos metas y objetivos reales y asequibles, para que no generen frustración.

No debemos olvidar que la mejor función de las vacaciones es descansar y disfrutar de la familia, así que lo mejor será olvidarnos por unos días de tratar de resolver los conflictos familiares.
Ahhh y ojo, unos consejos de última hora para evitar disgustos y enfrentamientos en verano, que esperamos les sean de gran ayuda tanto a aquellos que las inician, como a los que ya tachan los días en el calendario para las próximas que aunque puedan ser no todo lo idílicas como esperamos, son muy necesarias!


10 CONSEJOS para sobrevivir al verano en el apartamento 
    1. Ponernos a nosotros mismos en MODO vacaciones ON, ser más flexibles con nuestras propias normas, y por consecuencia, con los demás.
    2. Empatizar con los demás miembros de la familia, algunos deseamos no coger el móvil en todo el mes, otros quieren pasarse el día con el Candy Crush.
    3. Disfrutar de la soledad. Está bien pasar tiempo con todos, charlar y disfrutar, pero no debe ser obligatorio, la libertad de acción es indispensable.
    4. Siesta?, sí por favor! Alargarlas al máximo, total estamos de vacaciones. 
    5. Instagram, facebook, twiter... sí, pero con moderación. 
    6. Ajustar el presupuesto de las vacaciones a la realidad económica familiar, sin pretender gastar más de lo que se tiene, sino pensando en que lo importante es reunirse. Ir todos los días al chiringuito a comer puede ser too much!
    7. El periódico local es una base de datos perfecta para estar la día de las actividades que se organizan por la zona: mercadillos, conciertos, cines de verano, etc.
    8. Beber en su justa medida, pues ya sabemos que igual que las armas, la sangría la carga el diablo.
    9. Tratar de solucionar los conflictos familiares antes de vacaciones, si es preciso con ayuda profesional (!viva la Mediación!)
    10. Recuerda: durante el veraneo no existen las obligaciones.


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