Aquí os dejamos un simpático vídeo en el que se muestra una disputa en torno a una simple naranja.
A menudo, las disputas se orientan hacia los objetos, cuando sería mucho más fácil, rápido y productivo interrogarnos por las necesidades que están detrás de nuestras demandas.
El papel del Mediador que aparece en escena es muy revelador de qué aporta esta figura a la solución de un conflicto: ayuda a las partes a reflexionar acerca de qué es lo que necesitan y, una vez que han tomado conciencia de sus respectivas necesidades, les pregunta cómo creen ahora que podrían resolver la polémica. En este punto, la Mediación y el Coaching comparten técnicas comunes.
El haber ampliado su conciencia y haber trasladado el foco de su atención del objeto al sujeto, las sitúa a cada una en mejores condiciones para apropiarse activamente de su conflicto y encontrarle una solución negociada con beneficio mutuo.
Este tipo de enseñanzas deberían inscribirse en el currículo escolar, para que, desde muy pequeños, aprendiéramos, a lo largo de todos los ciclos formativos, a comunicarnos positivamente, a mediar entre otros y a negociar nuestros intereses de forma equitativa y solidaria.
Esto contribuiría posiblemente a que tanto la democracia, como la economía y las relaciones cotidianas (familia, amigos, vecindad…) fueran mucho más armónicas, humanas y satisfactorias.
El enlace del vídeo para que lo insertes
Fuente: Blog de Javier Mazagón
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