¿Y si le dedicamos un momento al silencio?
Algo que a veces nos resulta incómodo, como es el silencio, puede llegar a ser imprescindible. Si lo encuadramos dentro del proceso de mediación,hemos de darle la importancia que tiene. Existe antes,durante y después del proceso.
Debemos respetar estos momentos de reflexión, asimilación, de miradas, de comprensión, aceptación o reconocimiento por parte de los mediados.
Es el complemento necesario para ayudar a solucionar el problema. El objetivo fundamental del mismo es generar un espacio para el reencuentro con uno mismo, ayudado por la pregunta y consecuentemente, asumir una actitud reflexiva.
El silencio le permite al mediador prestar atención no sólo a lo que dicen las partes, sino, paradójicamente, a lo que no dicen.
El silencio es revelador. Revelador de intenciones, de prejuicios, de emociones. El silencio nos hace cautivo de las miradas y por tanto del contacto mas allá de las palabras.
A través del silencio las partes se muestran tal como son y sobre todo "hablan" por los sentidos, las sensaciones.
Silencio del Mediador.... silencio de los mediados.... silencio en el proceso.... silencio en las posiciones, en las necesidades, en los intereses. Silencio al fin y al cabo que es necesario, al igual que la discusión, el debate o las muestras de emociones. Valoremos el silencio en su justa medida... os animamos a "guardar silencios" como experiencias de vida.º
Fuente: Mediación Triana
Autor: CONCHA GARCIA ROMERO
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